Maduro reorganiza la dirección política del chavismo ante escalada de tensiones con Estados Unidos
El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció este lunes la conformación de un nuevo buró político integrado por doce dirigentes del chavismo, en una decisión que busca consolidar la dirección de lo que denomina la "revolución bolivariana" en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos por el despliegue militar estadounidense en el Caribe.
Restructuración del liderazgo político
Durante un acto realizado en las afueras del Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano, Maduro designó a figuras clave del oficialismo para acompañarlo en lo que calificó como la "conducción como comandante en jefe de la revolución". La ceremonia se desarrolló tras una marcha convocada por el chavismo en la capital venezolana.
Entre los nombramientos más relevantes se encuentra Diosdado Cabello, secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y ministro de Interior, quien encabeza este nuevo órgano de dirección política. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, fue designado como subsecretario general del buró.
Distribución de responsabilidades estratégicas
La estructura organizativa contempla diversas secretarías especializadas. Héctor Rodríguez, ministro de Educación, asumió la secretaría de Movimientos Sociales, Poder Popular y Polo Patriótico, mientras que Nahum Fernández, jefe de Gobierno del Distrito Capital, quedó a cargo de la secretaría de Movilización de Calle.
En el ámbito de seguridad y defensa, Francisco Ameliach, diputado y presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región Zuliana, fue nombrado secretario correspondiente. Destaca también la designación de Cilia Flores, esposa del mandatario, como secretaria de Estrategia.
La actual vicepresidenta Delcy Rodríguez asumió la secretaría de Producción y Finanzas, mientras que Tania Díaz fue elegida para dirigir los Asuntos Internacionales del nuevo buró político.
Contexto de tensiones internacionales
Esta reorganización política se produce en un momento de particular tensión entre Venezuela y Estados Unidos, derivada del despliegue militar estadounidense en el Caribe que se mantiene desde agosto pasado. La situación se agravó tras el anuncio de la Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense del 21 de noviembre, que instó a los vuelos comerciales a "extremar la precaución" al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe.
Como consecuencia de estas advertencias, varias aerolíneas internacionales, incluyendo Iberia, Avianca y Turkish Airlines, suspendieron sus operaciones hacia el país suramericano. La tensión escaló cuando el presidente estadounidense Donald Trump advirtió que el espacio aéreo venezolano "permanecerá cerrado en su totalidad".
Respuesta institucional venezolana
El gobierno venezolano rechazó categóricamente las declaraciones estadounidenses, ratificando que la única institución autorizada para regular su espacio aéreo es la Institución Nacional de Aeronáutica Civil (INAC). En respuesta a lo que considera un "amedrentamiento", Caracas presentó denuncias formales ante la alianza OPEP+ y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Desde la perspectiva del gobierno venezolano, estas acciones estadounidenses tienen como objetivo ulterior apoderarse de las reservas petroleras del país, argumento que ha utilizado históricamente para justificar sus políticas de resistencia ante la presión internacional.
La conformación de este nuevo buró político representa un intento de consolidación del poder interno en un momento de creciente aislamiento internacional, evidenciando la estrategia del chavismo para mantener la cohesión de su base política ante los desafíos externos.